Olga y Adriana: Son objeto de abuso continuado por el gobierno de Estados Unidos que les impide visitar a sus esposos presos injustamente en cárceles norteamericanas por luchar contra el terrorismo.
Por: José Miguel
A propósito de celebrarse en esta fecha el Día Internacional de No violencia contra la mujer, quiero sumarme a lo necesario que resulta que cese en cualquier parte del mundo toda manifestación de agresividad contra este importante sector poblacional.
Se trata de alguien a quien debemos la vida, pues pensemos en nuestras propias madres, ese maravilloso ser que desde que nacemos lo entrega todo por nosotros.
No concibo, lo digo con toda honestidad que sea posible maltratar a esa figura tan sensible, que es toda ternura y amor como una mujer.
Pero desafortunadamente en muchas partes del planeta la mujer es víctima a diario de toda suerte de maltratos, hasta el punto en muchas ocasiones de dejarlas incapacitadas, y con visibles huellas en su cuerpo y en su alma.
Veía el dato de que en el mundo una de cada cinco féminas son víctimas de la violencia, que incluye hasta el abuso sexual.
Creo que esta fecha debe llamar a la reflexión a esas personas violentas e inconscientes que no miden sus actos, hasta el punto de agredir con saña, a sus propias madres, hermanas e hijas.
En Cuba, gracias a la Revolución, la mujer ocupa el lugar que le corresponde en la vida social de nuestro pueblo, y disfruta y participa de todos los beneficios a su alcance, organizadas, orientadas y guiadas por esa organización tan prestigiosa como lo es la federación de Mujeres Cubanas, y la protección del estado revolucionario.
Luchar contra toda forma de abusos, discriminación, y agresión contra la mujer debe ser el punto de partida a que nos llama esta fecha.
Nada, absolutamente nada, justifica la violencia contra quien constituye el taller natural de la vida, y el hombre que se considere un verdadero hombre, debe ser defensor a ultranza de su estabilidad y seguridad tanto en lo social como en lo doméstico.
Se trata de alguien a quien debemos la vida, pues pensemos en nuestras propias madres, ese maravilloso ser que desde que nacemos lo entrega todo por nosotros.
No concibo, lo digo con toda honestidad que sea posible maltratar a esa figura tan sensible, que es toda ternura y amor como una mujer.
Pero desafortunadamente en muchas partes del planeta la mujer es víctima a diario de toda suerte de maltratos, hasta el punto en muchas ocasiones de dejarlas incapacitadas, y con visibles huellas en su cuerpo y en su alma.
Veía el dato de que en el mundo una de cada cinco féminas son víctimas de la violencia, que incluye hasta el abuso sexual.
Creo que esta fecha debe llamar a la reflexión a esas personas violentas e inconscientes que no miden sus actos, hasta el punto de agredir con saña, a sus propias madres, hermanas e hijas.
En Cuba, gracias a la Revolución, la mujer ocupa el lugar que le corresponde en la vida social de nuestro pueblo, y disfruta y participa de todos los beneficios a su alcance, organizadas, orientadas y guiadas por esa organización tan prestigiosa como lo es la federación de Mujeres Cubanas, y la protección del estado revolucionario.
Luchar contra toda forma de abusos, discriminación, y agresión contra la mujer debe ser el punto de partida a que nos llama esta fecha.
Nada, absolutamente nada, justifica la violencia contra quien constituye el taller natural de la vida, y el hombre que se considere un verdadero hombre, debe ser defensor a ultranza de su estabilidad y seguridad tanto en lo social como en lo doméstico.
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