Por: José Miguel Vázquez.
La política de hostilidad, bloqueos y sucesivas agresiones de los gobiernos estadounidenses que se han turnado en el poder, ha causado innumerables pérdidas económicas a nuestro país, cuestión esta reconocida por la comunidad internacional.
Las recientes medidas dadas a conocer por el actual gobierno de Barak Obama, si bien constituyen un cierto alivio para las familias cubanas, que ahora podrán reunirse con más frecuencia, no son en modo alguno la solución definitiva del problema mayor, y que no es otro que se levante de una vez por todas el odioso y criminal bloqueo que impide a Cuba, tener acceso a numerosas mercancías y artículos necesarios para nuestra salud, educación, y economía en sentido general.
Con el bloqueo deben desaparecer la Ley Torricelly de 1992, y la Helms- Burton de 1996, pues sus disposiciones son contrarias a la Carta de Naciones Unidas y violatorias del derecho Internacional.
El gobierno norteamericano debe saber que mientras no se le levante el bloqueo y la guerra económica contra Cuba, NO habrá posibilidades de una normalización de las relaciones entre ambos países..
El bloqueo lo estableció unilateralmente el gobierno de Estados Unidos, entonces le compete derogarlo de forma unilateral, por injusto, selectivo, y carente de toda moral jurídica.
Los pasos dados a conocer para mejorar el flujo de cubano-americanos para viajar a Cuba, no son los que espera el pueblo, lo que se hace necesario es la decisión del Gobierno de Estados Unidos de dar una imagen de lucidez y honestidad al echar abajo el actual bloqueo que todos saben nos han producido perdidas por más de 93 mil millones de dólares, eso sin contar el efecto de la devaluación del dólar lo que sin duda elevaría sustancialmente ese cálculo.
Se dice que esgrimimos el cese del bloqueo como un pretexto para justificar aparentes ineficacias de nuestra forma de gobierno, pues bien entonces que nos quiten el “Pretexto”, y después veremos quien tenía la razón.
Con Estados Unidos ya lo han dicho nuestros máximos dirigentes estamos dispuestos a discutir sin condicionamientos previos, de igual a igual. Somos un país pequeño frente a la más poderosa nación del mundo, entonces a qué temen?
En la Cumbre de las Américas, Obama tiene la oportunidad de llenarse gloria o de lodo… Esperemos, tiempo al tiempo.
La política de hostilidad, bloqueos y sucesivas agresiones de los gobiernos estadounidenses que se han turnado en el poder, ha causado innumerables pérdidas económicas a nuestro país, cuestión esta reconocida por la comunidad internacional.
Las recientes medidas dadas a conocer por el actual gobierno de Barak Obama, si bien constituyen un cierto alivio para las familias cubanas, que ahora podrán reunirse con más frecuencia, no son en modo alguno la solución definitiva del problema mayor, y que no es otro que se levante de una vez por todas el odioso y criminal bloqueo que impide a Cuba, tener acceso a numerosas mercancías y artículos necesarios para nuestra salud, educación, y economía en sentido general.
Con el bloqueo deben desaparecer la Ley Torricelly de 1992, y la Helms- Burton de 1996, pues sus disposiciones son contrarias a la Carta de Naciones Unidas y violatorias del derecho Internacional.
El gobierno norteamericano debe saber que mientras no se le levante el bloqueo y la guerra económica contra Cuba, NO habrá posibilidades de una normalización de las relaciones entre ambos países..
El bloqueo lo estableció unilateralmente el gobierno de Estados Unidos, entonces le compete derogarlo de forma unilateral, por injusto, selectivo, y carente de toda moral jurídica.
Los pasos dados a conocer para mejorar el flujo de cubano-americanos para viajar a Cuba, no son los que espera el pueblo, lo que se hace necesario es la decisión del Gobierno de Estados Unidos de dar una imagen de lucidez y honestidad al echar abajo el actual bloqueo que todos saben nos han producido perdidas por más de 93 mil millones de dólares, eso sin contar el efecto de la devaluación del dólar lo que sin duda elevaría sustancialmente ese cálculo.
Se dice que esgrimimos el cese del bloqueo como un pretexto para justificar aparentes ineficacias de nuestra forma de gobierno, pues bien entonces que nos quiten el “Pretexto”, y después veremos quien tenía la razón.
Con Estados Unidos ya lo han dicho nuestros máximos dirigentes estamos dispuestos a discutir sin condicionamientos previos, de igual a igual. Somos un país pequeño frente a la más poderosa nación del mundo, entonces a qué temen?
En la Cumbre de las Américas, Obama tiene la oportunidad de llenarse gloria o de lodo… Esperemos, tiempo al tiempo.
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