Por: José Miguel.
A propósito del 315 aniversario de la fundación de la ciudad de San Carlos y San Severino de Matanzas, hoy quiero comentarles acerca de una edificación que nació al siguiente día en que formalmente quedó inaugurada nuestra urbe, y que se considera de hecho parte del conglomerado fundacional de La Atenas de Cuba.
Me refiero al Castillo de San Severino, y les cuento que el 13 de octubre de 1693, y como parte de las actividades fundacionales de la ciudad, la comitiva eclesiástica y real que actuó en las ceremonias, se dirigió por mar hasta un lugar conocido como Punta Gorda a fin de colocar lo que sería la primera piedra de nuestro castillo.
A propósito del 315 aniversario de la fundación de la ciudad de San Carlos y San Severino de Matanzas, hoy quiero comentarles acerca de una edificación que nació al siguiente día en que formalmente quedó inaugurada nuestra urbe, y que se considera de hecho parte del conglomerado fundacional de La Atenas de Cuba.
Me refiero al Castillo de San Severino, y les cuento que el 13 de octubre de 1693, y como parte de las actividades fundacionales de la ciudad, la comitiva eclesiástica y real que actuó en las ceremonias, se dirigió por mar hasta un lugar conocido como Punta Gorda a fin de colocar lo que sería la primera piedra de nuestro castillo.
El acto eclesiástico tuvo lugar en el área de la futura capilla y baluarte de Santa Ana y se le dio por nombre inicialmente el de fortaleza de San Carlos de Manzaneda.
En su trazado cumplía las tres reglas indispensables: Firmeza, Simetría y Comodidad. En la construcción, concluida en lo principal en 1734, participaron negros esclavos y operarios libres, bajo el sistema de trabajo asalariado. La instalación tenía el objetivo de proteger el puerto y la propia ciudad y fue eje de un cinturón defensivo que constituía la retaguardia extrema de la Ciudad de la Habana.
Cuando la toma de la Habana por los ingleses en 1762, la dominación británica se extendió hasta Matanzas. Las autoridades del Castillo de San Severino, ante la imposibilidad de su defensa, intentó volarla, propósito que se logró en parte.
En su trazado cumplía las tres reglas indispensables: Firmeza, Simetría y Comodidad. En la construcción, concluida en lo principal en 1734, participaron negros esclavos y operarios libres, bajo el sistema de trabajo asalariado. La instalación tenía el objetivo de proteger el puerto y la propia ciudad y fue eje de un cinturón defensivo que constituía la retaguardia extrema de la Ciudad de la Habana.
Cuando la toma de la Habana por los ingleses en 1762, la dominación británica se extendió hasta Matanzas. Las autoridades del Castillo de San Severino, ante la imposibilidad de su defensa, intentó volarla, propósito que se logró en parte.
Durante los treinta años de lucha armada contra España (1868.1898), cumplió la misión de prisión militar y en sus fosos fueron fusilados decenas de patriotas cubanos.El 1978 el Castillo de San Severino, joya de las fortalezas hispanas del Caribe fue declarado Monumento Nacional, y convertido en Museo, e incluido en el programa de la UNESCO, como “ La Ruta del Esclavo”, y en la actualidad en sus salones se exhiben piezas y vestigios de los negros esclavos que habitaron esta zona.
Esta instalación es visitada diariamente por turistas extranjeros y nacionales, y en sus áreas tienen lugar actividades folklóricas y culturales.
Así que si en alguna ocasión visita a Matanzas, lo invitamos a que se llegue hasta el Castillo de San Severino, un vetusto lugar, pero lleno de historia.
Fuente: Oficinas del Historiador.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario