Por: Manuel E. Yepe
Hay que reconocer el gran esfuerzo que ha venido realizando a lo largo de siete años un equipo multidisciplinario de —estadounidenses y canadienses—, que se ha entregado a la muy ardua y riesgosa tarea de investigar y poner al descubierto la verdadera historia de los actos terroristas del 11 de septiembre del 2001 en Nueva York, Washington D.C. y Pennsylvania.
Su trabajo tiene como medio de divulgación principal —pero no el único— la revista trimestral GLOBAL OUTLOOK (GO), cuyo número decimotercero, correspondiente al otoño del 2008, acaba de editarse.
Además producen libros, videos, DVD y otras formas de difusión para los resultados de sus investigaciones, sometidos siempre a fuerte presión contra su circulación, impuesta por el establishment estadounidense, cuya influencia se hace sentir también en Canadá.
El grupo tiene su sede en la provincia canadiense de Ontario, donde también se edita e imprime la revista. Su página Web se localiza en http://www.globaloutlook.ca/ y su dirección electrónica es info@globaloutlook.ca.
El grupo que produce GO ha identificado con lujo de detalles veintiséis anomalías principales en la versión oficial de lo acontecido que ha brindado el gobierno estadounidense.
Algunas de las incoherencias que han logrado demostrar se relacionan con circunstancias del día de los hechos, como la reacción desconcertante del presidente Bush al recibir la información en el aula de segundo grado de la escuelita que visitaba, sin que ello le impidiera seguir leyendo durante 25 minutos un libro a los niños. O el hecho de que el vuelo 77 no fuera interceptado por la fuerza aérea luego de volar fuera de ruta durante una hora y 45 minutos. O que el colapso de las Torres Gemelas haya sido el primer caso en toda la historia en que un rascacielos de acero cae derrumbado de esa forma a causa de un incendio, entre otras características singulares del derrumbe. O que el edificio número siete colapsara de la misma forma que los dos mayores, sin ser impactado por avión alguno. O que hubiera tanto daño con tan pocos escombros en el Pentágono. O que el Pentágono apenas divulgara tan solo cinco cuadros de todo el material de video tape que se grabó allí. O que se recuperaran tan pocos escombros del avión caído en Pennsylvania y que estos hayan estado repartidos en una franja larga y estrecha.
El equipo de GO investiga también otro grupo de anomalías en la versión oficial de los antecedentes del acto terrorista. Entre ellas, el hecho de que Bush ignorara varias advertencias de la inteligencia; que el FBI y la CIA desoyeran los informes específicos de varios agentes, contentivos de elementos que pudieran haber impedido la catástrofe.
También analizan antecedentes históricos en torno a vínculos de negocios y políticos entre las familias Bin Laden y Bush; evidencias de que un agente del FBI entregó un millón y medio de dólares a Edam Salem, presunto autor del atentado con bombas contra el World Trade Center en febrero de 1993 y otras sospechosas relaciones de autoridades de Washington con fuentes financieras sauditas.
Las investigaciones de GO revelan muchas coincidencias entre los objetivos del Proyecto para un Nuevo Siglo Americano —programa del sector neoconservador de la clase dirigente estadounidense— y los efectos de los actos terroristas del 11 de septiembre. Hacen notar también las circunstancias y el carácter sorpresivo que rodearon la aprobación de la Ley Patriótica, que prácticamente nadie alcanzó a leer, mucho menos estudiar, con anterioridad a su promulgación y que ha creado una situación pre-fascista en la sociedad estadounidense.
El cúmulo de preguntas sin respuestas y de evidencias contra la versión oficial de los hechos, fortalece el criterio de que la acción terrorista del 11 de septiembre del 2001 fue planeada, organizada y ejecutada desde dentro, con complicidad a nivel de la Casa Blanca.
Ahora, GO se propone una operación encaminada a garantizar que todos los congresistas —senadores y representantes— que resulten electos en los comicios de noviembre en los Estados Unidos conozcan la verdad de las circunstancias que rodearon a aquel acto terrorista, haciéndoles llegar toda la información recaudada en un amplio lote de documentos probatorios que les será entregado personalmente a cada uno de ellos.
Esta campaña, destinada a "obligar a los políticos a que metan sus pies en la candela" es algo que ya hicieron los de GO respecto a los miembros del Parlamento y senadores federales de Canadá.
Meritorio esfuerzo de este equipo de ciudadanos conscientes que persigue impedir que aquello que ellos están convencidos que constituye uno de los mayores y más sanguinarios engaños en la historia, quede impune en el rastro del olvido.
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