En un sistema tiránico, un sátrapa defiende a sus siervos leales por sobre la justicia, aplicando medidas draconianas en contra de la población.
La tiranía es un sistema de gobierno donde las normas más elementales de convivencia están trastocadas hasta tal punto que un sátrapa defiende a sus siervos leales por sobre la justicia, aplicando medidas draconianas en contra de la población y, dada su amplitud, las extiende a otras naciones como una obra personal de odio.
El caso de Donald Trump es uno de los más emblemáticos puesto que, además de heredar una plataforma nacional de represión a la población descontenta y guerras interminables internacionalmente, no solo mantuvo esta forma perversa de actuar en el mundo, sino que la profundizó hasta sus niveles más bajos.
Fue al autor de una despiadada política contra los inmigrantes residentes en EE.UU. así como aquellos que intentaron acceder a sus fronteras complementándola con una sistemática persecución a los afroamericanos, entregando cifras extremas de asesinatos por las fuerzas policiales, reclusión e incluso penas capitales. En cuanto a la pandemia del coronavirus mantuvo una posición diletante planteando al comienzo que era un simple resfrío que se curaba solo y antes de la elección presidencial que él era el más grande defensor de la ciudadanía, todo lo cual contrasta hoy al ostentar la mayor cifra de mortalidad en el mundo. Culpar a China del origen del Covid-19, sin ningún fundamento, lo convirtió en el hazmerreír planetario.
En cuanto a las guerras heredadas del mandatario anterior, Barack Obama y su ex vicepresidente Joe Biden, no únicamente las mantuvo sino que mintiendo permanentemente sobre la retirada de las tropas continuó el saqueo del petróleo en Siria sosteniendo que era propio; apoyó directamente la Coalición invasora en Irak y Yemen (especialmente en esta última junto con Gran Bretaña, Francia, Alemania, Emiratos Árabes, Arabia Saudí, Al-Qaeda), propiciando la hambruna y genocidio más atroz de este nuevo siglo.
Su intervención descarada en el golpe militar dado al presidente Evo Morales con la confabulación de la OEA y el apoyo de países tiranizados en América Latina, se unió al reconocimiento al presidente fantasma, Juan Guaidó, intentando una insurrección con magnicidio incluido. El desconocimiento del Plan Integral de Acción Conjunta suscrito por el E3, Rusia, China, más Alemania, e Irán como símbolo del cumplimiento pleno a su palabra, demostraron la hipocresía estadounidense al incumplir sus compromisos.
Sin embargo, sus acciones este año 2020 son extremas: ordenó públicamente el asesinato cobarde en las sombras de la noche de un héroe iraní mundial contra el terrorismo y por la paz como fue Qasem Soleimani y el comandante iraquí Abu Mahdi al-Muhandis, junto a un grupo de valientes soldados; participó de modo encubierto en el asesinato del maestro iraní y físico nuclear Mohsen Fajrizadeh, como autor intelectual a través de un brazo armado sionista; intentó crear un proyecto de coalición para legalizar la ocupación israelí de Palestina obligando a Marruecos, Sudán, Emiratos Árabes, a establecer relaciones con Israel, presionando a través de negocios monetarios y militaristas.
El denominado indulto que es simplemente la absolución a criminales y corruptos ha sido rechazado unánimemente, especialmente al nominar a cuatro pistoleros a sueldo de la empresa Blackwater USA (Aguas Negras de EE.UU.), organización siniestra que debió cambiar su nombre por Academi al conocerse la vinculación de sicarios para intervenir, ocupar, desestabilizar, realizar masacres, en diversos países soberanos.
Uno de los actos despreciados diplomáticamente ha sido su negación a reconocer el triunfo de Joe Biden, intentando quedarse en la Casa Negra, evidenciando eso sí el sistema opaco de elecciones en USA al no tener el pueblo ninguna opción de participar con candidatos que representen sus propios intereses.
En síntesis, tres conclusiones de esta carrera atroz diseminando odio por la esfera humana:
- Además de ser Trump un violador de la legislación internacional al autorizar públicamente a malhechores en asesinatos y masacres de lesa humanidad, ha sido catalogado como un criminal de guerra y deberá ser juzgado por un consejo que establezca una pena máxima a sus atrocidades sirviendo como ejemplo al mundo que nunca más se permitirá tiranos como éste.
- Afortunadamente todas sus políticas han resultado en fracaso absoluto pese al costo de vidas y sacrificios que ha ocasionado a mujeres, niños, civiles y desvalidos en el orbe. Lo principal es que ha expuesto públicamente a EE.UU. como un imperio en decadencia y desafortunadamente el más nefasto interventor en la vida de la Humanidad debido a las grandes tragedias causadas por su afán egoísta y militarista.
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- Para Joe Biden, únicamente le quedan dos caminos si desea que su nación no decaiga estrepitosamente o provoque la Tercera Guerra Mundial donde será derrotado: A, entender que la paz se consigue buscando la equidad en los convenios, pactos, el comercio, las relaciones humanas, el desarrollo multilateral, basado en la transparencia y la intención honesta de respetar la autodeterminación soberana de las naciones. O B, destrozar todos los acuerdos para establecer un clima sustentable, el equilibrio nuclear, el comercio legítimo, la pacificación de la Humanidad con guerras eternas e injustas, sin eliminar esa visión siquiátrica de considerarse policía de la conciencia pública y predestinado a continuar con un destino manifiesto, propio de la mentalidad ideológicamente neurótica y fuera de la realidad.
Las naciones que aman al ser humano y desbrozan senderos para que la justicia y prosperidad se asienten definitivamente, serán el verdadero presente y porvenir, aunque no exento de obstáculos que generarán los clanes o élites envidiosas de la felicidad que la Humanidad puede portar. Afortunadamente la ley de compensación conduce al mundo hacia su armonía como un derecho inalienable.
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