En el contexto de la recién concluida VIII Cumbre de la Américas, donde Cuba dio ejemplo de dignidad, Razones de Cuba republica dos de los textos más leídos de nuestro sitio, sobre los “malos ejemplos” de la Mayor de las Antillas.
La Revolución cubana sigue siendo uno de los procesos políticos más atacados y calumniados. El escritor uruguayo Eduardo Galeano explicaba el porqué.
“En un mundo donde el servilismo es alta virtud, resulta raro escuchar la voz de la dignidad que representa Cuba. Esta revolución, castigada, bloqueada, calumniada, ha hecho bastante menos de lo que quería pero mucho más de lo que podía. Y sigue cometiendo la peligrosa locura de creer que los seres humanos no están condenados a la humillación de los poderosos del mundo.”
Son los “malos ejemplos” que ofrece Cuba la causa de tantas calumnias y campañas mediáticas.
Cuba, por ejemplo, luchó junto a los movimientos de liberación de los pueblos de África, mientras los que hoy la calumnian apoyaban a dictadores y sostenían el apartheid.
Miles de médicos de la Isla han salvado vidas en decenas de países del Tercer Mundo, mientras quienes hoy la calumnian envían a estos países sus tanques y marines.
Gracias a la solidaridad de Cuba -y también de Venezuela– más de tres millones y medio de personas han recuperado la visión en 34 países de Latinoamérica, el Caribe y África. Y han sido alfabetizadas casi 8 millones en 29 países.
En las universidades cubanas, además, se han formado gratis más de 21 mil estudiantes de 122 naciones, incluidos los EEUU, sin pedir absolutamente nada a cambio.
Y es que, como dijera también Eduardo Galeano, “la Revolución cubana, obra de este mundo, está sucia de barro humano, y justamente por eso, sigue siendo contagiosa”
.
Esa capacidad de contagio es lo que, definitivamente, no soportan quienes dirigen los centros de poder económico y político, y sus medios de propaganda. Que sigan sufriendo otros 55 años.
Basado en un texto de Norelys Morales Aguilera – Blog “Isla mía” (Cuba)
Texto original
La Revolución cubana, la “sucia de barro humano”, la contagiosa
Norelys Morales Aguilera – En días pasados, con motivo del deceso de Nelson Mandela, los ideólogos capitalistas y sus medios cómplices nos deparaban el lastimoso espectáculo de tratar de convertir en un santo aséptico al luchador anticolonialista, escamoteando su amistad con Cuba, con Fidel y con el pueblo cubano, decisivo en la derrota del apartheid.
¡Tanta saña pervertida contra la Revolución 55 años después! ¿Por qué difamar contra la Cuba bloqueada y asediada?
Porque:
· Cubanos se unieron a la gesta liberadora de los pueblos africanos.
· Médicos cubanos estuvieron junto a otros pueblos en momentos de adversidad: Nicaragua, Perú, Chile, Armenia, Indonesia, Pakistán y Haití sufrieron devastadores terremotos.
· Desde La Habana se impulsó la Operación Milagro para devolver la visión a personas necesitadas. Desde su inicio, en el año 2004, este programa ha beneficiado a 34 países de Latinoamérica, el Caribe y África.
· Cuba constituyó el Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias, que hasta la fecha ha atendido a más de tres millones de damnificados y realizado más de 33 mil 800 intervenciones quirúrgicas.
· En el país se formaron miles de profesionales de numerosos países del Tercer Mundo. más de 21 mil estudiantes de 122 naciones se forman hoy como profesionales de la salud, según recuerda PL.
· El método de alfabetización cubano Yo sí puedo, se ha aplicado en 29 países y en varios idiomas sacando de la ignorancia a miles de personas, incluso a países enteros como Venezuela y Bolivia.
Y, porque, entre tantas cosas más, Cuba es un “mal ejemplo” para los que creen que es posible cambiar el mundo, no por el simple hecho de cambiar, sino porque es insostenible la distribución desigual y la destrucción ambiental que empuja a la ruina a la especie humana y su casa común, la Tierra.
Ese “mal ejemplo” provoca, frente a cualquier pronóstico, la ternura de los pueblos que es la solidaridad.
Pero, también en los avatares de hoy, con la “fabulosa resistencia de la familia cubana”, como dijera el poeta, esta pequeña patria, gigante en el corazón de la humanidad, se hace a sí misma y ofrenda a los demás el abrir derroteros, desbrozar las malezas conducentes a un mundo mejor. En eso estamos. Por ello la mirada comprensiva e indagatoria de hombres y mujeres de buena voluntad.
Uno de esos es el escritor uruguayo Eduardo Galeano, que una y otra vez recuerda cuando se refiere a la Revolución, las palabras de Carlos Fonseca Amador, el fundador del Frente Sandinista: “Los amigos de verdad son los que critican de frente y elogian por la espalda”.
Era el 2001 cuando Galeano sentenciaba: “En un mundo donde el servilismo es alta virtud; en un mundo donde quien no se vende, se alquila, resulta raro escuchar la voz de la dignidad. Cuba está siendo, una vez más, boca de esa voz. Esta revolución, castigada, bloqueada, calumniada, ha hecho bastante menos que lo que quería pero ha hecho mucho más que lo que podía. Y en eso está. Ella sigue cometiendo la peligrosa locura de creer que los seres humanos no estamos condenados a la humillación.”
Hoy estamos aquí, creyendo que es “La Revolución cubana, obra de este mundo, está sucia de barro humano, y justamente por eso, y no a pesar de eso, sigue siendo contagiosa”.
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