La
noticia, que le ha dado la vuelta al mundo primero como un rumor y
luego ratificada por la Casa Blanca, desmonta algunos de los principales
mitos originados durante más de medio siglo de distanciamiento y
confrontación
El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama,
confirmó este jueves que viajará a Cuba a finales de marzo y se
convertirá así en el primer mandatario en ejercicio que visita la Isla
vecina en cerca de 80 años y también en hacerlo a la Cuba
revolucionaria.
La visita sería un paso importante en el proceso iniciado el 17 de diciembre de 2014 y que sin dudas se convertirá en uno de los mayores legados en política exterior de la actual administración demócrata.
La noticia, que le ha dado la vuelta al mundo primero como un rumor y luego ratificada por la Casa Blanca, desmonta algunos de los principales mitos originados durante más de medio siglo de distanciamiento y confrontación:
1. Cuba viola los derechos humanos
Este es el mantra de quienes pretenden justificar como una cruzada filantrópica la política de agresión que se inició en 1959 ante el avance de una Revolución socialista en su propio patio y que continúa con los mismos objetivos políticos aunque cambien los métodos.
Ha sido tanta la propaganda que se ha emitido al respecto por todas las vías posibles, especialmente después del colapso del campo socialista, que incluso ha permeado la realpolitik posterior a los anuncios del 17 de diciembre del 2014
.
2. Obama ya ha hecho todo lo que puede
Desde que el demócrata Bill Clinton firmó en 1996 la Ley Helms-Burton, el presidente de los Estados Unidos perdió la capacidad de poner fin al bloqueo contra Cuba, pero el Ejecutivo de entonces fue lo suficientemente astuto como para dejar un margen de maniobra.
El viceasesor de la Casa Blanca en Seguridad Nacional, Ben Rhodes, quien formó parte de las negociaciones secretas con La Habana que llevaron a la normalización de relaciones, confirmó este domingo en Washington lo que viene defendiendo la parte cubana desde el principio: Obama tiene facultades ejecutivas para hacer mucho más de lo que ha hecho hasta ahora.
Durante un evento organizado en el Instituto de la Paz en la capital estadounidense por el Consorcio Cuba, al cual tuvo acceso la prensa cubana acreditada, Rhodes aseguró que la administración Obama valora otros cambios regulatorios extra que se puedan hacer dentro de los marcos de la ley actual
.
Todavía no hemos logrado conectar nuestra nueva política hacia Cuba con las transformaciones que vive ese país para que se solidifiquen los negocios y haya un impacto en las personas, dijo. “Eso es lo que quiere el presidente”.
“Queremos abrir cuanto más sea posible y creemos que todavía es posible hacer más”, añadió. “Eso crea un momento para la irreversibilidad”.
3. Los cambios hacia Cuba tienen un alto costo político
Los analistas debaten sobre si el límite del presidente es el costo político, la preocupación de ir en contra de la ley o su estrategia para desmontar el sistema político y social cubano
.
El Presidente Barack Obama tiene la base de apoyo para seguir desmontando el bloqueo, el principal obstáculo de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, le aseguró el miércoles en Washington el ministro cubano de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca, a su homóloga estadounidense, Penny Pritzker.
“No somos ingenuos, dijo Malmierca, sabemos que todo esto (el desmontaje del bloqueo) plantea problemas políticos para la administración, especialmente en un año electoral. Pero hay un fuerte apoyo no solo en la sociedad norteamericana, sino en el Congreso, y por miembros de ambos partidos, para continuar avanzando”.
Al igual que los anuncios del 17 de diciembre, la noticia de que Obama viajará a Cuba ha tenido una acogida mayoritariamente favorable
.
Es difícil imaginar otras decisiones del gobierno norteamericano que alcancen un criterio unánime tan favorable en el globo.
4. El poder omnipotente de la ultraderecha de Miami
La defunción de la tesis de que la ultraderecha de Miami, especialmente los legisladores de origen cubano, tenían totalmente secuestrada la política de Estados Unidos hacia Cuba, comenzó a desmoronarse cuando los presidentes Obama y Raúl Castro anunciaban al mundo que estaban dispuestos a avanzar en la normalización de relaciones.
A pesar de que esos mismos congresistas y senadores permanecían en el poder, la comunidad cubana en Florida y en especial Miami sufrió transformaciones radicales.
Con dos cubanoamericanos aspirando a la nominación presidencial en las primarias republicanas, ambos opuestos al acercamiento con Cuba, este viaje de Obama de cara al escenario electoral es, cuando menos, una prueba de la fuerza que aún conserva la Casa Blanca para manejar la política exterior de Estados Unidos.
“Podría tener sentido antes, pero Cuba está cambiando”, dijo Rhodes respecto al bloqueo a los miembros del Consorcio Cuba, tras reconocer que muchos cubanoamericanos radicales habían logrado evolucionar.
Citó el ejemplo del exsecretario de Comercio, Carlos Gutiérrez que asumió la presidencia del Consejo de Negocios Estados Unidos-Cuba. Quizá nada ilustra mejor las transformaciones ocurridas en los últimos años que la historia de este empresario de origen cubano, que dirigió la trasnacional de alimentos Kellogg´s y terminó siendo parte de la administración de George W. Bush y la Comisión de Asistencia a una Cuba Libre, el injerencista organismo encargado de dirigir una supuesta transición política en la Isla.
Los estadounidenses viajan, dijo Rhodes, y ven que los cubanos quieren la mejoría de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Mencionó incluso una encuesta de un diario estadounidense que habla de un 95 % de apoyo al deshielo de las relaciones.
“Por qué en nombre del pueblo cubano abrazaríamos una política que es masivamente rechazada por ellos”.
La visita sería un paso importante en el proceso iniciado el 17 de diciembre de 2014 y que sin dudas se convertirá en uno de los mayores legados en política exterior de la actual administración demócrata.
La noticia, que le ha dado la vuelta al mundo primero como un rumor y luego ratificada por la Casa Blanca, desmonta algunos de los principales mitos originados durante más de medio siglo de distanciamiento y confrontación:
1. Cuba viola los derechos humanos
Este es el mantra de quienes pretenden justificar como una cruzada filantrópica la política de agresión que se inició en 1959 ante el avance de una Revolución socialista en su propio patio y que continúa con los mismos objetivos políticos aunque cambien los métodos.
Ha sido tanta la propaganda que se ha emitido al respecto por todas las vías posibles, especialmente después del colapso del campo socialista, que incluso ha permeado la realpolitik posterior a los anuncios del 17 de diciembre del 2014
.
2. Obama ya ha hecho todo lo que puede
Desde que el demócrata Bill Clinton firmó en 1996 la Ley Helms-Burton, el presidente de los Estados Unidos perdió la capacidad de poner fin al bloqueo contra Cuba, pero el Ejecutivo de entonces fue lo suficientemente astuto como para dejar un margen de maniobra.
El viceasesor de la Casa Blanca en Seguridad Nacional, Ben Rhodes, quien formó parte de las negociaciones secretas con La Habana que llevaron a la normalización de relaciones, confirmó este domingo en Washington lo que viene defendiendo la parte cubana desde el principio: Obama tiene facultades ejecutivas para hacer mucho más de lo que ha hecho hasta ahora.
Durante un evento organizado en el Instituto de la Paz en la capital estadounidense por el Consorcio Cuba, al cual tuvo acceso la prensa cubana acreditada, Rhodes aseguró que la administración Obama valora otros cambios regulatorios extra que se puedan hacer dentro de los marcos de la ley actual
.
Todavía no hemos logrado conectar nuestra nueva política hacia Cuba con las transformaciones que vive ese país para que se solidifiquen los negocios y haya un impacto en las personas, dijo. “Eso es lo que quiere el presidente”.
“Queremos abrir cuanto más sea posible y creemos que todavía es posible hacer más”, añadió. “Eso crea un momento para la irreversibilidad”.
3. Los cambios hacia Cuba tienen un alto costo político
Los analistas debaten sobre si el límite del presidente es el costo político, la preocupación de ir en contra de la ley o su estrategia para desmontar el sistema político y social cubano
.
El Presidente Barack Obama tiene la base de apoyo para seguir desmontando el bloqueo, el principal obstáculo de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, le aseguró el miércoles en Washington el ministro cubano de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca, a su homóloga estadounidense, Penny Pritzker.
“No somos ingenuos, dijo Malmierca, sabemos que todo esto (el desmontaje del bloqueo) plantea problemas políticos para la administración, especialmente en un año electoral. Pero hay un fuerte apoyo no solo en la sociedad norteamericana, sino en el Congreso, y por miembros de ambos partidos, para continuar avanzando”.
Al igual que los anuncios del 17 de diciembre, la noticia de que Obama viajará a Cuba ha tenido una acogida mayoritariamente favorable
.
Es difícil imaginar otras decisiones del gobierno norteamericano que alcancen un criterio unánime tan favorable en el globo.
4. El poder omnipotente de la ultraderecha de Miami
La defunción de la tesis de que la ultraderecha de Miami, especialmente los legisladores de origen cubano, tenían totalmente secuestrada la política de Estados Unidos hacia Cuba, comenzó a desmoronarse cuando los presidentes Obama y Raúl Castro anunciaban al mundo que estaban dispuestos a avanzar en la normalización de relaciones.
A pesar de que esos mismos congresistas y senadores permanecían en el poder, la comunidad cubana en Florida y en especial Miami sufrió transformaciones radicales.
Con dos cubanoamericanos aspirando a la nominación presidencial en las primarias republicanas, ambos opuestos al acercamiento con Cuba, este viaje de Obama de cara al escenario electoral es, cuando menos, una prueba de la fuerza que aún conserva la Casa Blanca para manejar la política exterior de Estados Unidos.
“Podría tener sentido antes, pero Cuba está cambiando”, dijo Rhodes respecto al bloqueo a los miembros del Consorcio Cuba, tras reconocer que muchos cubanoamericanos radicales habían logrado evolucionar.
Citó el ejemplo del exsecretario de Comercio, Carlos Gutiérrez que asumió la presidencia del Consejo de Negocios Estados Unidos-Cuba. Quizá nada ilustra mejor las transformaciones ocurridas en los últimos años que la historia de este empresario de origen cubano, que dirigió la trasnacional de alimentos Kellogg´s y terminó siendo parte de la administración de George W. Bush y la Comisión de Asistencia a una Cuba Libre, el injerencista organismo encargado de dirigir una supuesta transición política en la Isla.
Los estadounidenses viajan, dijo Rhodes, y ven que los cubanos quieren la mejoría de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Mencionó incluso una encuesta de un diario estadounidense que habla de un 95 % de apoyo al deshielo de las relaciones.
“Por qué en nombre del pueblo cubano abrazaríamos una política que es masivamente rechazada por ellos”.
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