Por Edmundo Garcia / La Tardese Mueve
La cancillería cubana informó sobre los resultados de la segunda reunión de trabajo en Washington DC de la Comisión Bilateral Cuba – Estados Unidos, que siguió a la primera realizada en La Habana el pasado septiembre.
Tanto Josefina Vidal, Jefa del Departamento de América del Norte del MINREX, como Gustavo Machín,
Subdirector de Estados Unidos de ese ministerio, confirmaron el buen
clima existente entre las dos delegaciones, que permitió cumplir con los
puntos de una amplia agenda de trabajo que incluyó la lucha contra el
narcotráfico, la colaboración en medio ambiente y salud, la
regularización del correo postal, la aplicación y cumplimiento de la
ley, los vuelos directos entre los dos países y la programación de la
próxima reunión en La Habana.
Respecto al complejo tema de los vuelos directos
entre Cuba y Estados Unidos se comunicó que “hay avances en la agenda” y
que “en el corto plazo vamos a poder llegar a un acuerdo que los
facilite”.
Sobre esto quisiera comentar, basado en los años que
llevo atendiendo y meditando sobre el proceder de Cuba, y sin disponer
de información privilegiada pero como he dicho razonando con mucha
serenidad, que las autoridades cubanas van a exigir una legítima
reciprocidad en todo lo que tenga que ver con esos vuelos. ¿Qué quiero
decir? Pues que igual que los aviones de compañías como American Airlines, Delta, South West, Jet Blue,
etc., que van a tener garantías de que no serán retenidos,
secuestrados, confiscados o agredidos en Cuba, de esa misma manera, las
aeronaves de Cubana de Aviación tienen que estar seguras cuando vuelen, aterricen y hagan estancia en territorio norteamericano.
Debe haber reciprocidad también en que si las
compañías norteamericanas van a volar libremente a todos los aeropuertos
que hay disponibles en la isla, los aviones cubanos puedan haber lo
mismo en Estados Unidos. La aviación cubana no puede estar a expensas de
que un juez o un funcionario administrativo de Miami o New Jersey, por poner dos casos, obstruyan las operaciones de la aviación cubana por razones políticas o electorales
.
No quiero anticipar acontecimientos, pero recientemente, para ganar puntos en su campaña política, el Gobernador de New Jersey Chris Christie
escribió una carta a las autoridades estatales de transporte donde
solicitaba condicionar los vuelos a Cuba desde aeropuerto de Newark, a
una demanda de extradición. Y tampoco debe tomarse a la ligera el hecho
de que el director del Aeropuerto de Miami es Emilio González, un
cubanoamericano que fue Director de los Servicios de Inmigración y
Ciudadanía bajo el gobierno de Gerorge W. Bush y autor del programa para estimular la deserción de colaboradores cubanos de la salud, conocido como “Cuban Medical Professional Parole Program”.
Los defensores del sistema político norteamericano
gustan elogiar como una de sus características fundamentales la
“separación” de poderes; en el programa “La tarde se mueve” de este
jueves 12 de noviembre, yo preferí usar la expresión “fraccionamiento”
de poderes porque esa característica del estado norteamericano tiene
desventajas. Las tiene porque no siempre el “balance” de los poderes
funciona y por muy “independientes” que sean uno de ellos puede irse por
encima o actuar contra los otros.
En el tema que hoy me preocupa, el de los vuelos
directos entre Cuba y Estados Unidos, algunos jueces se han comportado
de forma frívola e irresponsable, otorgando dineros o bienes
pertenecientes al patrimonio cubano a personas que dicen haber sido
dañadas por Cuba. Algunos de esos bienes fueron aviones secuestrados y
robados al pueblo cubano para llegar ilegalmente a Estados Unidos.
Se trata, hasta ahora, de pequeños aviones, pero,
¿qué pasará cuando empiecen a llegar a los aeropuertos norteamericanos
aeronaves cubanas de alta gama? ¿Qué pasaría si una persona con apoyo de
algunos abogados calenturientos, movidos por la codicia o el odio a la
Revolución Cubana, se inventa una demanda y un juez le encuentra lugar
adjudicándole un avión que es propiedad o es operado por Cubana de
Aviación y que en ese momento estuviera en territorio norteamericano?
Casos de interés como antecedentes hay muchos, pero
voy a citar estos para hacerme entender mejor. Entre marzo y abril del
año 2003, aterrizaron en Cayo Hueso tres aviones
robados en Cuba. No eran aviones caros; uno de los aparatos era un viejo
bimotor de fabricación soviética, un AN-22 que se usaba en tareas de
fumigación. Cuba reclamó inmediata y legítimamente su devolución porque
eran propiedad del estado cubano. Estaba en todo su derecho. Pero los
aviones no fueron devueltos y se subastaron en el propio aeropuerto de
Cayo Hueso.
Por cierto el AN-22 subastado fue adquirido en 7 mil
dólares por Ana Margarita Martínez, con el fin de hacer un poco de
propaganda y luego revenderlo en un precio mayor, o por piezas. La
señora Martínez es una cubanoamericana que estuvo casada con Juan Pablo
Roque, un piloto que resultó ser un miembro de la Seguridad del Estado y
luego regresó a Cuba. Martínez se quejó de daños emocionales ante un
juez, que le otorgó una indemnización de 27,1 millones de dólares;
obteniendo luego otra indemnización por la misma causa de 7,1 millones.
Todo a pagar de fondos financieros y patrimoniales cubanos.
Que Ana Margarita no los haya podido cobrar no
significa que no lo haya intentado; ni que no lo intente de nuevo una
vez se regularicen los vuelos directos entre Estados Unidos y Cuba. En
Miami hay mucha gente dispuesta a darle cuerda para que demande a Cubana
de Aviación, así solo sea para tomarse unos minutos de fama en la
televisión anticubana.
Otro caso que considero justifica la preocupación que
estoy expresando respecto a las garantías que debe dar Estados Unidos a
Cuba para que los vuelos entre los dos países se regularicen, se dio en
mayo del 2009 cuando el ex agente de la CIA de origen
cubano Gustavo Villoldo, culpó en una corte a los dirigentes cubanos de
haber motivado el suicidio de su padre en 1959.
El padre de Villoldo era un vendedor de autos y sobre
la decisión de quitarse la vida se dijo sin pruebas que había sido
presionado a que lo hiciera, por lo que el juez Peter Adrien, del
circuito de Miami Dade, le otorgó más de mil millones de dólares de
compensación, exactamente 1179 millones. No debe olvidarse tampoco que
el año anterior a ese fallo, en abril del 2008, una corte de Miami dio
253 millones a descendientes de Rafael del Pino Siero, encarcelado en
1959, a comienzos de la Revolución Cubana.
Quiero
recordar que del lado cubano existen muchas personas que han sufrido en
carne propia y pagado hasta con sus propias vidas las agresiones que se
fraguaron en ese mismo Miami donde ahora algunos reclaman como
víctimas. Ellas pudieran reclamar también.
Por
todo esto repito que Cubana de Aviación debe ser blindada por las
autoridades norteamericanas para que los vuelos directos entre los dos
países se regularicen. De ello dependerá que otros procesos se
concreten, o no. Algunas personas también preguntan, ¿qué papel jugarán
en este asunto otros factores interesados, como pueden ser las
“charteadoras” de viajes a Cuba con sede en Estados Unidos,
especialmente en Miami? En verdad es un tema interesante, pero esto será
materia de otro artículo.
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