René Navarro*
Resulta cotidiano ya, forma parte del empañado espectáculo que se llama Serie Nacional de Béisbol. Extrañamos la pureza y el saludable ambiente que reinaba antes en la mayoría de los juegos de nuestra pelota, libre de malcriadeces y mediocridades de aquellos que fueron fundadores o continuadores de las más admiradas figuras.
Los cambios en el comportamiento de muchos de los jugadores que vemos hoy en nuestros estadios, se parecen bastante al de los inescrupulosos y rechazados personajillos que andan por nuestras calles.
Parece que ese mal invadió también nuestros eventos deportivos.
No fuimos capaces de frenar en su momento –hace ya algunos años – las primeras manifestaciones indeseables de atletas, entrenadores y hasta del propio público. La prensa no jugó entonces su papel.
Poco a poco estas repugnantes conductas se multiplicaron y los hechos más recientes nos demuestran que es en la actualidad una rutina.
El último de estos episodios ocurrió hace algunas horas en el encuentro Villa Clara–Matanzas.
No son únicamente las habituales discusiones por determinada decisión arbitral, una botella lanzada desde las gradas, o los envases del maní arrojados al terreno. NO, ya llegamos hasta la amenaza o agresión física entre los protagonistas.
Un sistema y movimiento deportivo que estaba libre de tales anormalidades se presenta ahora con una imagen denigrante.
BUENAS Y MÁS SATISFACTORIAS FORMAS DE DECIR
Verdadera lástima que en la sobresaliente Mesa Redonda que presenciamos hace algunos días no se le haya dedicado un duro párrafo a este tópico.
Por cierto, que nuestra prensa deportiva debe ser más atinada y crítica en sus consideraciones, apreciaciones y todo lo que BENEFICIE a un superior andar de lo que hacemos en Cuba.
A propósito, cuando veo a Suárez Valmaña en Bola Viva o los artículos que redacta Michel Contreras en Cubadebate, me doy cuenta que son periodistas con diferente proyección y sanos mensajes.
¡Son, ni más ni menos, los más autorizados para conversar hoy de materia beisbolera! Una buena parte de los que hablan, comentan o escriben no alcanzan a satisfacer lo que desean escuchar o leer las personas con determinados conocimientos y cultura en este país.
Aquí, hago la aclaración de la emisora COCO, cuyos relatores en el horario mañanero son claros y objetivos, así como de Renier González en el propio espacio Bola Viva, y de Hernández Luján, quien conduce con sabiduría ese programa.
Si abogamos por una revisión de la pelota dentro de la isla y de otras actividades del deporte, debemos modificar también ese lenguaje triunfalista que no conduce a sanar nuestras deficiencias.
Para convencer a la gente que PIENSA, primero debemos estar convencidos nosotros, los que pluma en mano o micrófono por delante, tenemos la responsabilidad de contribuir a la mayor educación y cultura de los buenos cubanos.
*El autor, René Navarro, es una de las figuras más relevantes de la narración deportiva cubana
Fuentes: CubaXdentro / Cubadebate.cu
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