Todo puede cambiar entre Cuba y Estados Unidos.

 Por: José Miguel Vázquez.

Un simple análisis del comportamiento del llamado voto cubanoamericano en la Florida, donde obtuvo el triunfo el Presidente Barak Obama, ofrece varias lecturas para quienes deseen analizar con detenimiento la realidad de lo que sucede alrededor de las relaciones Cuba-Estados Unidos.

Por un lado el candidato republicano Mit Romney en su campaña electoral  reitero un endurecimiento del bloqueo, una política más agresiva como es característica de los republicanos, complicar  las visitas y las remesas a Cuba por parte de los residentes en Florida, mientras que Obama manifestó que continuaría con su política de acercamiento y flexibilización como lo ha hecho hasta el presente..

Entonces  al ganar Obama, es de suponer que gran parte del voto cubanoamericano se volcó hacia el mantenimiento de la actual situación en que pueden visitar a su país de orígen regularmente sin las conocidas trabas que impuso el gobierno de Bush.

Todo ello quiere decir a ojos vistas, que la mayoría de los cubanos residentes en la Florida a contrapelo de las campañas de los Ileana Ross y comparsa en el congreso, lo que desean es un acercamiento y un mejoramiento de las relaciones..

Ya han pasado los tiempos en que la Fundación Cubano Americana dictaba la política en ese estado, y la mentalidad de los cubanos, va cambiando, hasta el punto de que querer cambiar las cosas con relación a Cuba.

Todo esto debe hacer pensar a Barak Obama, que ya el voto anticubano va perdiendo vigencia y que ha llegado el momento de procurar un mayor acercamiento  con nuestra nación que por otro lado también desea mejorar sus relaciones con su vecino del norte.

Ojalá primen en Washington los criterios de estos nuevos aires, y que cesen el bloqueo a Cuba de por sí, obsoleto y anticuado, y que se desarrolle con relación a la isla una política más práctica y menos agresiva que en administraciones anteriores..

Un primer paso, sería la libertad de los cinco cubanos antiterroristas presos injustamente en cárceles norteamericanas, un clamor que ya tiene carácter internacional y que se agiganta día tras día.

Ojala, sea así, y podamos sostener relaciones con los Estados Unidos, pues en definitiva se trata de dos países muy próximos que pueden beneficiarse mutuamente a partir de relaciones normales y amistosas.

Se beneficiarían los cientos de miles de cubanos que podrían venir a visitar regularmente a sus familias aquí  como un hecho normal y cotidiano.