Por: José Miguel
Los medios informativos de nuestro país en las últimas horas reflejan de manera especial la obtención del índice de mortalidad infantil de 5,3 por mil nacidos vivos, alcanzado el pasado año 2007, hecho que se repite por segundo año consecutivo, y que da la medida de la alta calidad de vida que hemos logrado, gracias al interés nacional de garantizar la mayor atención posible al niño desde su nacimiento.
Este indicador si bien no es producto de un alto desarrollo económico alcanzado, sí es una verdadera medida de progreso que evidencia la calidad y dedicación con que se atiende a la niñez, incluso por encima de países altamente desarrollados, como es el caso de Estados Unidos y otras naciones.
En el caso de mi provincia, Matanzas la evolución de este importante indicador se comportó el pasado año por debajo del alcanzado nacionalmente con una mortalidad infantil de 4,4 por mil nacidos vivos, algo mayor que el año 2006 que fue de 4,3.
Pero también de la provincia de Matanzas, aparecen los municipios Pedro Betancourt, Unión de Reyes, Ciénaga de Zapata y Calimete que cerraron el año con CERO mortalidad infantil uniéndose a otros 17 municipios del resto del país con este excelente indicador.
Todo esto es evidencia de la alta atención a las embarazadas para que en todo su proceso de PRE parto, tengan una adecuada atención médica, y un seguimiento de su situación personal, a fin de evitar complicaciones que pongan en peligro el feliz alumbramiento de su criatura.
Estos son entonces amigos míos los resultados de Cuba, que no es un país desarrollado pero que en este sentido se puede poner a la par e incluso superar a otras naciones con mayores recursos de todo tipo.
La foto que grafica este trabajo es de mi nieta, su nombre es Lorena, y nació el 1 de octubre de 2007, un ejemplo de niña que vino al mundo felizmente y rodeada de las mayores atenciones médicas y hospitalarias.
Es una bella niña, que constituye la alegría de toda la familia y por ser beneficiaria de los programas de salud desarrollados en Cuba, aquí se las traigo como ejemplo de cómo Cuba, incluso bajo un criminal bloqueo, sabe preservar la salud y el bienestar de sus niños.
Los medios informativos de nuestro país en las últimas horas reflejan de manera especial la obtención del índice de mortalidad infantil de 5,3 por mil nacidos vivos, alcanzado el pasado año 2007, hecho que se repite por segundo año consecutivo, y que da la medida de la alta calidad de vida que hemos logrado, gracias al interés nacional de garantizar la mayor atención posible al niño desde su nacimiento.
Este indicador si bien no es producto de un alto desarrollo económico alcanzado, sí es una verdadera medida de progreso que evidencia la calidad y dedicación con que se atiende a la niñez, incluso por encima de países altamente desarrollados, como es el caso de Estados Unidos y otras naciones.
En el caso de mi provincia, Matanzas la evolución de este importante indicador se comportó el pasado año por debajo del alcanzado nacionalmente con una mortalidad infantil de 4,4 por mil nacidos vivos, algo mayor que el año 2006 que fue de 4,3.
Pero también de la provincia de Matanzas, aparecen los municipios Pedro Betancourt, Unión de Reyes, Ciénaga de Zapata y Calimete que cerraron el año con CERO mortalidad infantil uniéndose a otros 17 municipios del resto del país con este excelente indicador.
Todo esto es evidencia de la alta atención a las embarazadas para que en todo su proceso de PRE parto, tengan una adecuada atención médica, y un seguimiento de su situación personal, a fin de evitar complicaciones que pongan en peligro el feliz alumbramiento de su criatura.
Estos son entonces amigos míos los resultados de Cuba, que no es un país desarrollado pero que en este sentido se puede poner a la par e incluso superar a otras naciones con mayores recursos de todo tipo.
La foto que grafica este trabajo es de mi nieta, su nombre es Lorena, y nació el 1 de octubre de 2007, un ejemplo de niña que vino al mundo felizmente y rodeada de las mayores atenciones médicas y hospitalarias.
Es una bella niña, que constituye la alegría de toda la familia y por ser beneficiaria de los programas de salud desarrollados en Cuba, aquí se las traigo como ejemplo de cómo Cuba, incluso bajo un criminal bloqueo, sabe preservar la salud y el bienestar de sus niños.
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